El arroz “kome” es la base de la alimentación japonesa desde hace más de 2.500 años,
su cultivo se ve favorecido por el clima templado, el agua de gran calidad, la tierra fértil,
el sol y el paso de las cuatro estaciones.
Las espigas de arroz sembradas cuidadosamente en intervalos uniformes son parte
del paisaje de los campos japoneses, el cultivo es cuidado con detalle y una vez cosechado,
el arroz se trilla y se conserva en graneros a una temperatura inferior a los 15º C, después se
distribuye el arroz fresco por todos los comercios.
Existen aproximadamente 300 variedades de arroz, algunas se distinguen por su fortaleza para soportar
las plagas, el clima y otras por su fragancia, sabor y textura.
Los principales componentes del arroz son los carbohidratos, vitaminas B1, E, fibra, hierro, etc., y sus beneficios
para la salud son uno de los motivos por los que Japón es líder mundial en esperanza de vida.
Entre las variedades más populares y apreciadas en Japón y todo el mundo están:
Equilibrado entre glutinosidad, suavidad, exquisito sabor, apariencia y fragancia. Por ejemplo: Yumenishiki.
Suave, poco pegajoso, ideal para el sushi. Por ejemplo: Minori.
Tiene un alto contenido en almidón, lo que lo hace más pegajoso que el arroz normal, tiene un sabor ligeramente
dulce, no se hierve como las otras variedades, se cuece al vapor, se utiliza para hacer mochi, masa pegajosa
para hacerla a la plancha o para preparar dulces.